Por ello es tan importante LA ORACIÓN y saber cómo llegar a Él sin obstáculos que por ser obstáculos somos nosotros mismos los que hemos definido la forma en que queríamos aprender a vivir, sin SABER ENTENDER lo Bueno que es ENTENDER Y SABER PARA COMPRENDER Y CONOCER TODO AQUÉLLO QUE ES YA CONOCIDO POR MÍ desde mi conciencia y no desde mi inconciente aún herido.
De allí QUE "PERDONAR ES DIVINO" cuando perdonas desde un corazón sano, limpio y puro donde ya no ERES TÚ sino ÉL QUIEN HABLÓ CON VERDERO CONOCIMIENTO Y CAUSA.
ORAR POR OTROS
Afirmamos: El poder de la oración nos fortalece.
Saber que alguien ora por mí me anima a creer que el bien se manifiesta en mi vida. En una entrevista de trabajo, cuando enfrento un reto de salud, un obstáculo financiero o cuido de un ser querido en un momento difícil, un amigo que ora es un recordatorio poderoso para estar receptivo a la oración afirmativa.
La energía de la oración positiva fluye en nosotros como una bendición. Nos sentimos en paz cuando tenemos la atención centrada en el poder y la presencia de Dios.
Recuerdo que la oración no cambia a Dios; mas sé que inspira y fortalece a quienes oran y a quienes son mantenidos en oración. En una familia donde se comparte la oración, todos reciben el beneficio bendito de afirmar la presencia divina y Su bien.
“Oramos por vuestra perfección” (2 Corintios 13:9).
ORAR POR OTROS
Afirmamos: El poder de la oración nos fortalece.
Saber que alguien ora por mí me anima a creer que el bien se manifiesta en mi vida. En una entrevista de trabajo, cuando enfrento un reto de salud, un obstáculo financiero o cuido de un ser querido en un momento difícil, un amigo que ora es un recordatorio poderoso para estar receptivo a la oración afirmativa.
La energía de la oración positiva fluye en nosotros como una bendición. Nos sentimos en paz cuando tenemos la atención centrada en el poder y la presencia de Dios.
Recuerdo que la oración no cambia a Dios; mas sé que inspira y fortalece a quienes oran y a quienes son mantenidos en oración. En una familia donde se comparte la oración, todos reciben el beneficio bendito de afirmar la presencia divina y Su bien.
“Oramos por vuestra perfección” (2 Corintios 13:9).
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