Si a base de comprensión logramos la disociación mental. Si a base de comprensión logramos la disociación de todos los recuerdos subconscientes; si a base de comprensión logramos eliminar los elementos subjetivos de nuestras percepciones, entonces es claro que la mente queda quieta y en silencio, no sólo en el nivel superficial, sino también en los niveles más profundos del subconsciente».
Obviamente esa vana palabrería insustancial de charla ambigua y en general toda plática perjudicial, dañina, absurda, manifiesta en el mundo exterior, tiene su origen en la conversación interior equivocada».
«Todo lo que las gentes acumulan entre el sepulcro podrido de la memoria infiel: información intelectual, experiencias de la vida, se traduce siempre fatalmente en el término de más y más. De manera que nunca llegan a conocer el hondo significado de todo eso que acumulan. Muchos se leen un libro y luego lo depositan entre la memoria, satisfechos por haber acumulado más información, pero cuando se les llama a responder por la doctrina escrita en el libro que leyeron, resulta que desconocen la profunda significación de la enseñanza, pero el YO quiere más y más información, más y más libros, aún cuando no haya vivenciado la doctrina de ninguno de ellos...
Es indispensable comprender que la mente es el centro básico del más. Realmente ese más es el mismo YO psicológico que exige, y la mente es su núcleo fundamental».
Necesitamos una mente que no proyecte, necesitamos agotar el proceso del pensar. La mente proyectista proyecta sueños, y éstos son vanos e ilusorios.
Cuando yo digo «Mente proyectista», no me estoy refiriendo a los meros proyectos que hace un ingeniero, que proyecta y traza los plano para un edificio, un gran puente o una carretera. No; cuando hablo de «mente proyectista» quiero referirme a todo «animal intelectual». Es claro que el subconsciente siempre proyecta, no solamente casas, edificios o cosas así por el estilo, no, aclaro: proyecta también sus propios deseos, sus propios recuerdos, sus propias emociones, pasiones, ideas, experiencias, etc. La «mente proyectista», repito, proyecta sueños y es claro que mientras exista el subconsciente, existirán las proyecciones. Cuando el subconsciente se ha transformado en consciente, las proyecciones concluyen, ya no pueden existir, desaparecen...»
PROCESOS DE «REPRESENTACIÓN DE LA MENTE»:
«Para el mundo de los sentidos, existen representaciones disímiles, cuales son los objetos que nos rodean, las criaturas vivientes, etc., mas también existen las representaciones de la mente.
En la mente hay muchas representaciones que debemos tener en cuenta. Supongamos que tenemos, en mente, la representación de un amigo a quién estimamos. Alguien, no importa quién, nos habla contra ese amigo; se levanta contra el mismo toda clase de murmuraciones, calumnias, etc., si nosotros «le damos oídos» a toda esa chismografía, entonces la imagen que tenemos de nuestro amigo, la representación, de hecho queda alterada. Ya no vemos en él, al sujeto amable que antes veíamos lleno de armonía, etc., sino que esa imagen asume, en nuestro entendimiento, la figura que otros le han dado, posiblemente la del bandido, la del ladrón, la del falso amigo, etc... En la noche, puede suceder que soñemos con nuestro amigo, y ya en modo alguno lo soñamos con armonía; veremos que nos ataca, veremos que lo atacamos; soñamos que lo matamos, soñamos que él empuña un arma contra nosotros, etc. Es decir, queda completamente alterada la imagen del amigo, una representación que ha sido alterada.
He ahí, el error grave: «dar oídos» al chisme, a la calumnia, a la murmuración, al «dice que se dice», etc.
Obviamente, dentro de nuestra mente existen miles de representaciones, que pueden ser alteradas si tomamos parte en conversaciones negativas, si «damos oídos» a la calumnia, si escuchamos al «dice que se dice», etc. Por todas estas y otras cosas, nunca conviene «darle oídos» a las palabras negativas de las gentes, eso es grave, con el trasfondo psicológico.
De manera que no solamente los agregados psíquicos, viva personificación de nuestros defectos psicológicos, constituyen un fardo que en nuestro interior cargamos. Nunca debemos olvidar la cuestión esa de las representaciones del entendimiento».
¿POR QUÉ FUNCIONA LA MENTE?
Contumacia es la insistencia de señalar un error, y por eso, jamás me cansaré de insistir en que la causa de todos los errores es el Ego, el Mí mismo. No me importa que los animales intelectuales se molesten porque hablo en contra del Ego, cueste lo que cueste, seguiré con la contumacia.
Dentro de toda persona existe un centro energético que no puede ser destruido con la muerte del cuerpo físico y que se perpetúa, para desgracia del mundo, en nuestros descendientes. Ese centro es el yo, el mí mismo, el sí mismo. Necesitamos con suma urgencia inaplazable producir un cambio radical dentro de ese centro energético llamado Yo.
Es urgente extirpar el yo para producir dentro de cada uno de nosotros un cambio profundo, radical, total y verdadero. Así como estamos, así como somos, sólo podemos servir para amargarnos la vida y amargársela a nuestros semejantes.
El yo quiere llenarse de honores, virtudes, dinero, etc. El yo quiere placeres, fama, prestigio, etc., y en su loco afán por extenderse, crea una sociedad egoísta en la cual sólo hay disputas, crueldades, codicia insaciable, ambiciones sin límites ni orillas, guerras, etc.
Para desgracia nuestra, somos miembros de una sociedad creada por el yo. Dicha sociedad es inútil, dañina y perjudicial. Sólo extirpando radicalmente el yo, podemos cambiar integralmente y cambiar el mundo.
La Mente es la sede central del Yo. Necesitamos un cambio en la sede central para que dentro de cada uno de nosotros haya revolución verdadera.
Si de verdad queremos la extirpación radical del yo, es urgente tener la memoria quieta para que la mente se serene, y luego auto-observarnos con calma para conocernos a sí mismos.
Debemos contemplarnos a sí mismos como quien está contemplando y aguantando sobre sí mismo un torrencial aguacero.
Recopilación de textos de la Obra de Samael Aun Weor